- Para el bizcocho:
4 huevos
120 g de azúcar
120 g de harina floja
- Para el almíbar:
200 g de agua
200 g de azúcar
80 g de ron blanco
15 g de Cointreau
- Para la crema para quemar:
150 g de leche
150 g de azúcar
2 huevos
20 g de harina de maíz (maicena)
10 g de mantequilla
Preparación:
- Para el bizcocho:
En un bol grande, se baten los huevos junto con el azúcar con la ayuda de la batidora eléctrica de varillas durante unos 30 minutos hasta que formen una mezcla espumosa y densa.
En un bol grande, se añade 1/3 de los huevos montados y se mezcla con la harina tamizada.
Se va añadiendo la mezcla de los huevos en 2 veces, removiendo con movimientos suaves (de dentro hacia fuera).
Se unta un molde tipo plum cake (de 30 cm de largo) con mantequilla y ligeramente enharinado.
Se vierte la mezcla anterior en el molde.
Se cuece el bizcocho en el horno previamente calentado a 170 ºC durante 25-30 minutos (hasta que el palillo salga limpio).
Se deja enfriar un poco (hasta que no nos quemamos) y se desmolda.
Se reserva tapado con un paño de algodón hasta el día siguiente.
- Para el almíbar:
En un cazo, se mezclan el agua y el azúcar, y se lleva a ebullición durante 5 minutos.
Se retira del fuego y se añaden los licores.
Se reserva a temperatura ambiente.
- Para la crema para quemar:
En un bol, se baten ligeramente los huevos junto con la harina de maíz con las varillas manuales hasta que la mezcla quede blanquecina.
En un cazo, calienta la leche junto con el azúcar hasta que éste se disuelva. (Hay que vigilar que el azúcar no se pegue! Por eso hay que ir removiendo).
A continuación, se añade la mezcla de los huevos y se revuelve hasta que la crema empiece a hervir y espese.
Se retira del fuego y se incorpora la mantequilla. Se mezcla bien hasta obtener una crema homogénea.
Se vierte la crema en un bol y se cubre con film transparente.
Se deja enfriar a temperatura ambiente y una vez a temperatura ambiente, se reserva en la nevera hasta el día siguiente.
- Montaje:
Se corta el bizcocho en rodajas de 2.5 cm de espesor.
Se sumerge cada pieza de bizcocho en el almíbar y se deja escurrir sobre una reja.
se espolvorea las bases de cada pieza de bizcocho con azúcar y se queman ligeramente con una pala de quemar o un soplete. (Esto evitará que los borrachos se rompan por debajo).
Con la ayuda de una manga pastelera, se hacen zigzags de crema por encima de cada borracho.
se espolvorea con abundante azúcar y se queman con una pala de quemar o un soplete.
Se reservan en la nevera hasta el momento de servir.
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